La ciudad y la calzada romana de Ocuri.
13 DE DICIEMBRE DEL 2011
CARACTERÍSTICAS DE LA RUTA:
Localidad: Ubrique (Cádiz). Parque Natural Sierra de Grazalema.
Poblaciones cercanas: Ubrique y Benaocaz
Distancia 2,2 Km.
Dificultad: Media
Desniveles: Entre 486 m. y 604 m.
Ocuri fue una antigua población hispanorromana situada en el salto de la Mora o sierra de Benafí, cerca de la localidad andaluza de Ubrique, conocida por sus restos monumentales.
Esta población se empezó a descubrir en el siglo XVIII gracias a las excavaciones promovidas por un agricultor ubriqueño llamado Juan Vegazo, que pretendía descubrir aquí otra Pompeya.La estratigrafía general de este yacimiento abarca desde la Edad de Bronce hasta el período de “Al-Ándalus”.
La actuación del maestro Manuel Cabello Janeiro (1932-2000) en la década de los 70 fue fundamental para su reconocimiento y las excavaciones realizadas por el arqueólogo Salvador de Sancha Fernández consiguieron poner de manifiesto que varias culturas se asentaron en el "Salto de la Mora", lugar en el que se encuentra Ocuri.
Ruina de las terma |
Además de las inscripciones que actualmente se conservan en el Museo de Cádiz se reconoce el trazado de la muralla, así como las termas, el foro y varios aljibes de viviendas privadas.
Junto al acceso principal de la ciudad está el llamado Columbario, que es en realidad un mausoleo romano ( loculi ) con grandes hornacinas para sarcófagos, pequeños nichos para imágenes, urnas o imágenes votivas. Debió pertenecer a una poderosa familia ocuritana o bien a un "collegium funeraticium" (sociedad funeraria destinada a dispensar los servicios funerarios a sus afiliados). Se data entre el siglo I a.C. y el I d.C. aproximadamente.
Los planos de este Mausoleo fueron dibujados por primera vez por el arquitecto Miguel de Olivares Guerrero en 1801.
Interior de Columbario |
Destacan, en la parte media y superior del cerro, varias cisternas de gran capacidad de embalse, así como un recinto amplio, rodeado de restos constructivos y en donde se hallaron varias inscripciones conmemorativas, dedicadas a los emperadores romanos Antonino Pío (142 d.C.) y Comodo (186 d.C.) por los senadores locales de Ocuri (literalmente por decreto de los decuriones de la república de los ocuritanos), que podría identificarse como el foro de la ciudad.
Igualmente destacable es su muralla ciclópea, de origen pre-romano (seguramente púnico), construida a base de grandes bloques calizos colocados “a hueso”, aunque restaurada en épocas posteriores, sobre todo en época tardopúnica y altoimperial (fechable, por tanto, entre los siglos V a.C. a II d.C.).
De esta misma zona procede una inscripción de una sacerdotisa del culto imperial, llamada Postumia Honorata, erigida en honor de sus merecimientos y que hoy día se expone en la plaza “Misión Rescate” de Ubrique.
La zona mejor conservada es su entrada Norte, donde pueden comprobarse partes de su antigua puerta con pilastras avanzadas al muro, escalones y molduras decorativas. En su parte interior conservaba algunas estancias del cuerpo de guardia que la defendía.
Parte de la calzada romana |
Hay que destacar que a espaldas de la actual entrada a la ciudad, en el valle de Santa Lucía y pago del Rano, se encuentra la calzada romana (que vamos a recorrer en parte) que unía Benaocaz y la Manga de Villaluenga, auténtico paso natural desde la época prehistórica, con la zona alta de Ubrique. Este tramo de calzada, de más de siete kilómetros, fue restaurado en la Edad Media y hasta principios del siglo XX fue el camino natural entre los pueblos de la Sierra. Todavía hoy se puede transitar sobre sus antiguas losas.