sábado, 21 de abril de 2012

CONFERENCIA SOBRE CUBA


Un paseo por Cuba
Por Antonio Ferrero Fort

"Esta es la tierra más hermosa que ojos humanos vieron", escribe Colón en su diario. Y no se equivocó. Desde la bahía de la Miel, en cuya orilla se halla asentada Baracoa (provincia de Guantánamo), la primera de las ciudades cubanas, con el tercer malecón más largo de toda la isla; hasta el cabo de San Antonio, en la parte más Occidental, toda Cuba es una auténtico paraíso. Plagada de Parques Naturales, muy bien conservados, su recorrido produce un auténtico deleite a nuestros sentidos. Con una flora exuberante, es la palmera su símbolo más significativo. Infinidad de variedades de palma, nos regalan la vista con su esbeltez y su altura. Un jardín lleno de flores en el que la flor mariposa, de inusitado blancor, resalta entre las demás y que la mujer cubana gusta de llevar en su pelo prendida. Sujeto revolucionario que durante las guerras de independencia de la corona española usaban las mujeres para ocultar mensajes o como contraseña predeterminada. Una gran variedad de pájaros entre los que se destaca el Tocororo, revestido de los tres colores de la bandera nacional: azul, blanco y rojo pueblan sus selvas y montañas.
Emergiendo del mar, en pleno trópico, se alza Cuba luminosa, al igual que nuestro Cádiz andaluz lo hace. No es tanto el calor como la luz, esa luz intensa y reverberante que el arquitecto cubano, el alarife primigenio, ha procurado atemperar revistiendo sus fachadas con esos colores pastel tan característico de nuestras antiguas colonias. Con esas esquinas de fraile que hacen que la brisa se cuele por sus callejas, con esa ingente cantidad de columnas sobre las que se levantan innumerables pórticos productores de sombras acogedoras. La protección de la luz cegadora del trópico hizo al ingenio cubano descubrir recursos para encontrar en cada casa, en cada palacio su "rincón del fresco" como dice Carpentier.

"Cuba es La Habana y todo lo demás", dice el habanero intentando con ello demostrar que la suya es la joya de las ciudades de la isla. Cierto es que la capital, en especial su parte vieja es una de las ciudades más

hermosas, pero no le van a la zaga otras ciudades como Cienfuegos, Bayamo o el mismísimo Santiago.

Y sobre todo está el cubano, hablador y comunicativo, curioso por saber, preguntón y dicharachero, y sobretodo solidario y amigo, respetuoso con el foráneo. Es la amistad una de las características primordiales de la cubanidad.

Y las cubanas, esbeltas y elegantes como las palmeras reales de su isla. Simpáticas, mujeres bellísimas y con ese punto de picardía que a cualquiera atrae.

Cuba es, para el forastero que la visita por primera vez, una auténtica caja llena de sorpresas, todas ellas agradables.

Antonio Ferrero

martes, 17 de abril de 2012

CONFERENCIA DE ANTONIO FERRERO SOBRE CUBA

HOY EN EL AULA 1.22 DE LA UCA, ANTONIO FERRERO FORT, INCANSABLE VIAJERO NOS HARÁ UNA SEMBLANZA DE LA CUBA QUE ÉL RECIENTEMENTE HA VISITADO. LA CONFERENCIA COMENZARÁ A LAS 18:00 HORAS.



CONFERENCIA SOBRE LA ÓPERA ESPAÑOLA

Paco Redríguez y Pepe Castillo
José Castillo García, compañero de 5º curso del AUM, nos habló sobre “La ópera y España - La Ópera Española”, el pasado martes 10 de abril en el Campus de Jerez (UCA). La conferencia se enmarca en el IV Ciclo Encuentros en el Aula, organizado por la Asociación de Estudiantes del Aula Universitaria de Mayores.

En estos días, explicaba Pepe Castillo al comenzar su charla, “he asistido en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, a la representación “El Gato Montés”, que no se ponía en escena desde 1992 en la Expo de Sevilla, obra de un ilustre y casi olvidado compositor valenciano: el maestro Manuel Penella Moreno (1880-1939). Charlando con las personas que estaban en el mismo palco de platea, asiduos al Teatro de la Zarzuela y, por lo tanto, presuntos conocedores de la Lírica española, me doy cuenta de que la mayoría pensaba que iba a ver una zarzuela y me miraban arqueando las cejas, cuando yo les decía que era una ópera: “ópera popular”, como la había catalogado su autor en la partitura. “El Gato Montés”.

Fue un éxito clamoroso en su estreno en Valencia allá en Febrero de 1917. Tanto fue el entusiasmo de sus conciudadanos, que después de repetir varias veces partes de la obra, al final de la función lo llevaron en hombros hasta su casa como si fuese un torero, pues para ellos había cortado “oreja y rabo”. El éxito fue confirmado en Madrid, cuando se estrenó en la “villa y corte” en Junio de ese mismo año.

Y el asombro llegaba al máximo, cuando les decía que en la Sociedad General de Autores están registradas más de 700 óperas españolas”. 

Por cierto, que el fundador de la primitiva Sociedad de Autores, a fines del siglo XIX, fue un compositor, cuyo anhelo durante toda su vida fue estrenar una ópera española y que fuese reconocido por ello. El mismo año de su muerte (1909), se estrenó “Margarita la Tornera”. Este compositor, también levantino como Penella, reconocido por sus éxitos en la zarzuela, pero olvidado en la ópera, se llamaba Don Ruperto Chapí. Este caso, es el ejemplo seguido por todos los compositores que se sintieron llamados a componer ópera en español, y siguiendo pautas que la diferenciaran de la italiana, francesa u otras.

Otra ópera también escrita por Penella fue “Don Gil de Álcalá”, considerada por algunos como su mejor obra. En el primer acto de Don Gil, se incluye el Brindis de Carrasquilla que comienza con la frase “Jerez, este es er vinillo de la tierra mía”

Tomás Bretón (1850-1923), fue otro ilustre compositor famoso por su zarzuela “La verbena de la Paloma”, pero olvidado por sus innumerables óperas de las cuales, sólo ha sobrevivido “La Dolores” (1895).

Otros autores de óperas españolas fueron: Manuel de Falla con “La Vida Breve” estrenada en Niza y en francés en 1913; Ruperto Chapí con “Margarita la tornera” (1909); Isaac Albéniz, nuestro gran compositor de “Iberia” para piano, también compuso ópera. La que alcanzó mayor notoriedad fue “Pepita Jiménez, basada en la novela de Valera y estrenada en el Líceo de Barcelona en 1896; Enrique Granados compuso su “Goyesca” basada en obras para piano que se estrenó en Nueva York en 1916. Entre otros.

Quiero terminar este resumen con las palabras del musicólogo Emilio Casares y que Pepe recordó a modo de conclusión:

“La creación operística española constituye uno de los legados más importantes de nuestra música y, no obstante, se la ha considerado irrelevante frente a la muralla infranqueable que fue la influencia de la ópera italiana y de la zarzuela”

Paco Rodríguez Vallejo
Coordinador de Encuentros en el Aula