OSUNA |
1) Un poco de historia:
La antigua Urso o Ursao
(de aquí el gentilicio usado actualmente: ”ursaonense”, es una ciudad con una
historia dilatada en el tiempo pues su restos arqueológico se remontan al
primer milenio a.c. Se han encontrado restos
tartésicos, iberos (turdertanos),
romanos, árabes…
Osuna es una enclave
estratégico, encrucijada de caminos entre Sevilla, Córdoba, Granada y Málaga
por lo cual en la época romana, en la Hispania Ulterior (Bética), Osuna ya era una
población importante. En sus inmediaciones se dio la batalla de Munda entre
Julio César y Cneo Pompeyo el Joven en tiempos de la Républica. Urso tomó
partido por Pompeyo. La batalla, (17 de marzo del 45 a.c.) fue un
enfrentamiento militar durante la segunda guerra civil de la República romana.
La batalla terminó en una decisiva victoria del primero, cuya consecuencia más
directa fue que Julio César consiguió el poder absoluto en Roma. Tras la
derrota de Pompeyo, Urso (que había tomado partido por Pompeyo) se sometió
voluntariamente tras largo asedio, y tuvo que pagar fuertes tributos.
2) LLegamos puntualmente a las llamadas “canteras”
localizada en terreno de la antigua Urso, de donde se extraía la piedra desde
tiempos remotos para las construcciones del lugar. Existen unas tumbas
escavadas en la roca siguiendo el modelo de las necrópolis tardo romanas. Su
explotación se intensificó a raíz de la intensa labor constructiva desarrollada
por el IV Conde de Ureña.
La escultura turdetana dejó
muestras de gran valor histórico y artístico como el llamado “Toro ibero de
Osuna” que se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional. Entre sus numerosas
piezas destacan los “bronces de Osuna” (leyes escrita sobre bronce)así como un
magnífica colección numismática y de utensilios romanos de cerámica y vidrio
Pero la fecha clave para
la historia y el desarrollo de Osuna fue 1464 y un nombre propio: Pedro Girón,
que crea un mayorazgo para su hijo Alfonso Téllez Girón, Primer Conde de Ureña.
El deseo de ascender en la
escala nobiliaria lleva a esta familia a acometer una remodelación urbanística
de Osuna para hacer de ésta una localidad monumental y nobiliaria que diera
prestigio a su ducado.
4) Los sucesivos condes se
emplearon a fondo en este objetivo, destacando el IV Conde de Ureña, D. Juan Téllez
Girón que fundó la Universidad (1548). La antigua Universidad de Osuna es uno
de los ejemplos más significativos de la cultura española, tanto por
su
peculiar fisonomía como por la dilatada labor docente realizada en su larga
trayectoria, desde 1548, hasta el momento de su cierre definitivo en 1824.
Edificio de estilo renacentista, de planta rectangular, rematada por chapiteles
recubiertos de cerámica vidriada. Destaca la sencillez y sobriedad de sus líneas
en el que sobresalen la Sala de Grado llamada “Girona” con pinturas murales del
siglo XVI.Se convierte en centro de encuentro de eruditos, artistas y
literatos. Resistió hasta la invasión francesa en que el edificio fue
convertido cuartel. Actualmente es una escuela universitaria adscrita a la Universidad
de Sevilla.
De especial relevancia son
el Palacio del Marqués de la Gomera y la Cilla del Cabildo de la Catedral de
Sevilla, ambos en la calle de San Pedro, declarada una de las más bellas y con
más palacios de Europa.
Visitamos el Monasterio de
la Encarnación, antiguo hospital
rehabilitado por la orden mercedaria en 1626,
es sede del Museo de Arte Sacro. Destacan su retablo mayor de 1724, el Cristo
de la Misericordia y la Dolorosa de Francisco Meneses.
6) La Colegial es un edificio renacentista
construida en el lugar de la antigua parroquia medieval. Alberga una de las
colecciones mas interesantes del barroco. Destaca la portada llamada “Puerta
del sol” decorada con medallones y grutescos. Se expone una talla de Juan de
Mesa, tablas flamencas del s.XVI, valiosas piezas de orfebrería y una colección
de pinturas de José Ribera “el españoleto”.
Hemos podido visitar dos
exposiciones: La primera, titulada ‘José de Ribera en el legado artístico de los
Duques de Osuna (1618-2018), en la Colegiata y, la segunda “Obras del Barroco
Italiano”, en el Monasterio de la Encarnación y Nuestra Señora de Trápani.
Con estas dos muestras se
quiere dejar ver el protagonismo que tuvieron dos mujeres, Catalina Enríquez de
Ribera e Isabel de Sandoval, III y IV duquesas de Osuna, quienes, en una
sociedad totalmente patriarcal como era la sociedad del siglo XVII, desempeñaron
un papel fundamental en el ámbito del coleccionismo, del patronazgo y del
mecenazgo artístico de la Edad Moderna.
Esta función de mecenazgo artístico,
llevada a cabo por estas dos valiosas mujeres fue posible en virtud de la
fuerte vinculación que el Ducado de Osuna tuvo con Italia, donde los Téllez-Girón
participaron en la gobernación de ciudades como Nápoles, Sicilia y Milán.